Invertir en bolsa o en inmuebles es una de las cuestiones que se plantean algunos inversores en la actualidad y que da lugar a mucha controversia, fundamentalmente a la hora de colocar el suelo del final de las caídas que se han producido en los últimos años en ambas inversiones que, en principio, podrían ser alternativas. La búsqueda de la mejor rentabilidad y de los negocios más rentables es la cuestión que mayor interés despierta entre los inversores de cualquier tipo. La bolsa tiene la posibilidad de realizar muchas más estrategias y para un inversor experimentado, no hay duda que sería su elección puesto que puede invertir o especular, en distintos plazos y direcciones. Puede optar por invertir al alza, a la baja o mantenerse neutral, tal como se puede realizar con muchas estrategias con opciones financieras. La capacidad de la inversión en bolsa es muy superior a la que permite la inversión en inmuebles.
La inversión inmobiliaria además de tener un mayor coste de entrada y de salida por los impuestos, notario etc, no da pie a esa diversidad de alternativas que posibilita la operatoria en bolsa con o sin derivados financieros. Sin embargo, para un perfil de inversores o para una parcela de la inversión resulta una cuestión muy frecuente. ¿Invertir en bolsa o en inmuebles?. ¿Entrar o salir de una inversión saliendo o entrando en la otra?. El comportamiento de ambos tipos de inversión en los dos últimos años ha dejado claro que ya no tiene sentido la creencia de «cuando la bolsa baja suben los inmuebles y al revés» por el efecto de los tipos de interés. La base argumental ha quedado destrozada con esta crisis que ha llevado a caídas en los índices bursátiles y en el precio de los inmuebles con unos tipos de interés históricamente bajos.
Por tanto, la cuestión sería válida sólo para un perfil de inversión muy concreta y tradicional, de largo plazo y que estaría atraído por la revolarización de la inversión o por la renta de la misma. Sobre lo primero, sería elucubrar el intentar tirar de proyecciones sobre las revalorizaciones o no de ambos tipos de inversión en el futuro. Lo que si es más objetivable es la renta. La renta se concreta en los alquileres para los inmuebles y los dividendos para las acciones. Sobre estos últimos, vamos dando información con el seguimiento de los dividendos con sus importes y fechas de pago, especialmente en el mercado español (un resumen puede verse en Dividendos Ibex 35). Por tanto, en este momento vamos a observar la situación actual de los alquileres.
A continuación se muestra una tabla sobre alquileres para las distintas capitales de provincia españolas, elaborada por el portal inmobiliario idealista.com, donde figuran los importes de alquiler anual por metro cuadrado y el precio de compra. A partir de tales datos se obtiene la rentabilidad de esa inversión.
Como se puede observar, la rentabilidad bruta actual del alquiler de una vivienda a precios de costo actuales estaría en torno al 3,7%, esto es, sin incluir gastos corrientes como comunidad, impuesto de bienes inmuebles (IBI), seguros o incluso gastos de compraventa e intereses de hipoteca. La comparación para nuestros propósitos es fácil de hacer si se mira sólo la rentabilidad y se excluye el riesgo. La bolsa sería más rentable en la comparativa de rentas si se referencia con dividendo del Santander o Telefónica. Incluso, sería perfectamente comparable con los depósitos que ofrecen algunas entidades financieras que están alrededor del 4% en la actualidad. Los números hablan por sí solos. A niveles de renta, las inversiones financieras son más rentables incluso a igualdad de riesgos y sólo se podrían amparar los argumentos a favor de la inversión inmobiliaria en una proyección más favorable de su precio, cuestión altamente discutible dadas las circunstancia actuales. Sobre la evolución de los precios, hoy en día, hay menor consenso que en cualquier otro momento pudiendo leerse informes de firmas de sobrado prestigio con conclusiones contrarias que proyectan situaciones de precios muy distantes entre sí tanto para la bolsa como para la vivienda. Los datos de las rentas son más constatables y comparables como se ha podido ver en esta entrada del blog.